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Por qué mantener el invernadero por debajo de los 35 °C es crucial para la salud de las plantas

Mantener la temperatura del invernadero por debajo de los 35 °C (95 °F) es esencial para garantizar el crecimiento óptimo de las plantas y evitar diversos problemas comunes. Si bien los invernaderos protegen del frío, el calor excesivo puede ser más perjudicial que beneficioso. ¡Aquí te explicamos por qué es tan importante controlar la temperatura de tu invernadero y cómo puedes ayudar a que tus plantas prosperen!

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1. Demasiado calor puede abrumar a tus plantas
La mayoría de las plantas de invernadero prosperan en temperaturas entre 25 °C y 30 °C (77 °F - 86 °F). Por ejemplo, los tomates, un cultivo común de invernadero, crecen mejor en este rango de temperatura, produciendo hojas sanas y frutos vibrantes. Sin embargo, una vez que las temperaturas superan los 35 °C, la fotosíntesis se vuelve menos efectiva, las hojas pueden amarillear e incluso dejar de florecer. Cuando esto sucede, las tomateras pueden tener dificultades para producir frutos, lo que resulta en una menor producción y cosechas menos vibrantes.
2. La pérdida de agua puede dejar a las plantas sedientas
Las temperaturas más altas pueden provocar que las plantas pierdan agua más rápido de lo que pueden absorberla. A medida que suben las temperaturas, las plantas transpiran más rápido, perdiendo agua de sus hojas y del suelo. En un invernadero con temperaturas superiores a 35 °C, esto puede causar que las plantas, como los pimientos, tengan dificultades, ya que la humedad del suelo se evapora rápidamente. Sin suficiente agua, las hojas pueden empezar a curvarse, amarillearse o incluso caerse. En este caso, las plantas quedan sedientas, lo que afecta tanto a su crecimiento como a su rendimiento.

3. El calor atrapado causa estrés
Los invernaderos están diseñados para captar la luz solar, pero sin ventilación suficiente, el calor puede acumularse rápidamente. Sin sombra ni ventilación adecuada, las temperaturas pueden superar los 35 °C, llegando incluso a los 40 °C (104 °F). Con temperaturas tan altas, las raíces de las plantas pueden tener dificultades para obtener suficiente oxígeno, mientras que las hojas pueden sufrir daños por calor. Por ejemplo, los cultivos de pepino y tomate expuestos a altas temperaturas sin una ventilación adecuada pueden sufrir estrés radicular o incluso morir debido a la sobrecarga de calor.
4. Las altas temperaturas alteran el ecosistema de invernadero
Un invernadero no solo alberga plantas; también es un ecosistema con polinizadores, insectos benéficos y microorganismos beneficiosos. A altas temperaturas, polinizadores esenciales como las abejas pueden volverse inactivos, lo que altera la polinización de las plantas. Si la temperatura en el invernadero supera los 35 °C, las abejas pueden dejar de polinizar, lo que puede reducir la fructificación en cultivos como tomates y pimientos. Sin su ayuda, muchas plantas tendrán dificultades para producir la cosecha deseada.

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2. Manejo de la luz: Los arándanos necesitan abundante luz para la fotosíntesis, pero una luz demasiado intensa puede dañar las plantas. En invernaderos, la intensidad de la luz se puede regular mediante mallas de sombreo para evitar la exposición excesiva a la luz solar. También se pueden utilizar películas reflectantes para aumentar la intensidad de la luz, especialmente durante el invierno, cuando las horas de luz son cortas.

3. Ventilación y control de la humedad: La ventilación y el control de la humedad dentro del invernadero son igualmente importantes para el crecimiento de los arándanos. Una ventilación adecuada puede ayudar a bajar la temperatura dentro del invernadero, reducir la aparición de plagas y enfermedades, y mantener niveles adecuados de humedad. Durante la temporada de crecimiento de los arándanos, la humedad relativa del aire dentro del invernadero debe mantenerse entre el 70 % y el 75 %, lo cual favorece la germinación.

5. Consumo excesivo de energía y aumento de los costos
Cuando las temperaturas del invernadero se mantienen altas, los sistemas de refrigeración, como ventiladores y nebulizadores, deben trabajar a destajo. El uso constante de equipos de refrigeración no solo aumenta la factura de la luz, sino que también corre el riesgo de sobrecalentarlos o dañarlos. Por ejemplo, si su invernadero se mantiene constantemente alrededor de los 36 °C en verano, los sistemas de refrigeración pueden funcionar sin parar, lo que aumenta los costes energéticos y aumenta el riesgo de averías. Gestionar las temperaturas eficazmente puede reducir el consumo energético y prolongar la vida útil de sus equipos.
6. La temperatura ideal para plantas más sanas y felices
La mayoría de las plantas de invernadero crecen óptimamente entre 18 °C y 30 °C (64 °F - 86 °F). A estas temperaturas, plantas como fresas, tomates y pepinos pueden realizar la fotosíntesis eficientemente, lo que resulta en una mayor producción y una mejor calidad de los productos. Al mantener este rango ideal, también se puede reducir la necesidad de refrigeración excesiva, lo que reduce los costos de energía y promueve un crecimiento más saludable de las plantas.

Mantener la temperatura del invernadero por debajo de los 35 °C es crucial para la salud y la productividad de las plantas. El calor excesivo puede interferir con la fotosíntesis, acelerar la pérdida de agua, perturbar el ecosistema del invernadero y aumentar los costos de energía. Para obtener los mejores resultados, intente mantener su invernadero entre 18 °C y 30 °C, lo que permite que las plantas prosperen y minimiza los costos innecesarios. ¡Siga estos consejos para brindarles a sus plantas el mejor ambiente para su crecimiento!

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Hora de publicación: 19 de noviembre de 2024
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